Por primera vez las rimas se apoderaban de la música urbana y las calles se convertían en templos de un estilo que pretendía trasladar de forma poética y artística lo que sucedía en un entorno repleto de violencia en el que la lucha contra el sistema era constante. Además, el rap, aunque no lo hacía habitualmente, podía prescindir de música. Los MC o maestros de ceremonia, como se conoce también a los raperos, podían dar forma a sus canciones superponiendo sus rimas a una base musical, también conocida como beat, o simplemente lanzándolas contra el silencio.